Durante las próximas semanas, escribiré artículos relacionados con esta frase, es decir, este artículo será el primero de la serie “Detrás de cada gran hombre hay siempre una gran mujer”. Os hablaré de mujeres desconocidas que han vivido a la sombra de hombres muy conocidos, los cuales deben a ellas, en gran medida, muchos de sus éxitos, ya sea por su abnegada entrega, su consejo o simplemente por su apoyo….
La primera mujer que analizaré es a Coretta Scott King, que me parece que encarna como ninguna el espíritu de esta serie.
Coretta Scott King nació en 1927 en Alabama (EE.UU.). Hija de granjeros humildes aunque propietarios de su propia granja (algo muy extraño en personas de color de esa época),
durante sus primeros años de escuela tuvo que recorrer seis kilómetros todos los días para ir al colegio, ya que no podía subir a los mismos autobuses de estudiantes blancos por la segregación racial de la época.
Durante todo el periodo escolar sufrió muchas otras injusticias raciales, lo que la convirtió sin duda en una mujer valiente, de fuerte carácter y muy segura de sí misma.
Especialmente dotada para la música, en 1951, se matriculó en el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra en Boston y obtuvo una licenciatura en música. Es precisamente ahí cuando conoció a Martin Luther King Jr., un estudiante de teología con el que se casó dos años más tarde, y motivo por el cual Coretta tuvo que renunciar a su carrera de concertista.Se especializó en educación primaria y fue la primera maestra negra de música.
Fue miembro de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP – National Association for the Advancement of Colored People) y del comité de relaciones raciales. A Correta y a Martin no solo les unía el amor, sino que compartían los mismos ideales de justicia y libertad. Durante sus primeros años de matrimonio, Coretta se dedicó en cuerpo y alma a cuidar de sus cuatro hijos, pero luego comenzó a implicarse en el trabajo de su marido, participando activamente en la organización de las marchas, pronunciando discursos, dando conferencias, y muchas otras cosas más.
Todo ello, lo hizo con el propósito de concienciar a la población de la época y para recaudar fondos destinados a sufragar la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur de la que Martin Luther King fue el primer presidente.
No era solo activista para los derechos de los negros, ya que también luchó y militó en el Movimiento por la Paz, y contra la guerra Vietnam. Asistió, junto a representantes de 17 naciones a la Conferencia de desarme en Ginebra, Suiza, como delegada de la Huelga de Mujeres por la Paz.
Así mismo fue la portavoz de otras muchas minorías (gays y lesbianas principalmente) e Infatigable luchadora en favor de los derechos de la mujer, participó igualmente en numerosas campañas, entre ellas las dirigidas a la prevención del SIDA.
Además sus cuatro hijos siguieron los pasos de sus padres al convertirse en activistas y defensores de los derechos civiles. Toda la familia King sufrió diversas agresiones por parte de movimientos racistas hasta el asesinato de Martin Luther King Jr. en Memphis el 4 de abril de 1968.
Pero la muerte de su marido más allá de detenerla la animó a continuar con su trabajo propagando sus principio y su filosofía de no violencia. Se convirtió en todo un símbolo de la lucha para los derechos civiles fundando, en 1969, el Centro para el Cambio Social No Violento desde el que luchó contra el hambre, el racismo y la exclusión civil.
En 1969, publicó su libro «Mi vida con Martin Luther King Jr.»
Fuentes: